Flavio
Meléndez Zermeño[1]
Los
cuestionamientos y manifestaciones de inconformidad que enfrentó Peña Nieto en
su visita a la Universidad Iberoamericana el 11 de mayo pasado no hubieran
pasado de ser una anécdota de su campaña electoral si las respuestas del propio
candidato, del PRI y de Televisa no hubieran causado indignación entre los
estudiantes de esa institución educativa privada y de muchas otras
universidades públicas y particulares.
Al
ser interrogado por su responsabilidad en la represión que tuvo lugar en Atenco
en mayo del 2006, cuando era gobernador del estado de México, el candidato
presidencial responde amparándose en el argumento de una decisión de Estado de
recurrir al uso de la fuerza pública para imponer el orden, dejando de lado que
ningún funcionario ha sido castigado hasta la fecha por los dos asesinatos, las
torturas y violaciones cometidos en contra de las y los habitantes de San
Salvador Atenco. Las pancartas de protesta -Ni
un aplauso para este asesino; ¡Corrupto, compras votos! ¿El futuro de México se
puede comprar?; Todos somos Atenco-, y los gritos de rechazo -¡Fuera Peña Nieto!; ¡la Ibero no te
quiere!; ¡cobarde, asesino!- son atribuidos por Pedro Joaquín Coldwell,
presidente del PRI, a "un puñado de jóvenes intolerantes, que no
representan a la comunidad de la Ibero", mientras Peña Nieto dice en una
entrevista que "no todas las protestas son auténticas"[2].
El vocero del Partido Verde, aliado del PRI que apoya la candidatura de Peña
Nieto, afirma que quienes protestan en esa universidad privada "están un
poco mayorcitos" como para ser estudiantes y que son un grupo "que no
sobrepasa las veinte personas", asegurando que se trata de "grupos
cercanos a Andrés Manuel López Obrador". En el noticiero nocturno de
Televisa se menciona que Peña Nieto definió sus compromisos de campaña en su
visita a la Ibero, que recibió "expresiones increpándolo y expresiones de
apoyo", y en el audio de una entrevista grabada previamente el coordinador
de la campaña presidencial priísta, Luis Videgaray, enfatiza que "no fue
un mal día" para el candidato de su partido, "contestó preguntas
críticas y duras", y remata diciendo que "había un grupo de gente, yo
no sé si eran estudiantes o no, pero muy agresivos, organizados"[3].
Desconocer
la posición enunciativa de los estudiantes y con ello excluir su deseo de
protestar y su palabra, haciéndolos aparecer como los clásicos
"acarreados" de la tradición corporativa priísta, que acuden a un
mitin político a cambio de una torta y un refresco, desató una respuesta
inmediata en la que recuperaron la palabra que les había sido expropiada: 131
estudiantes de la Ibero suben a las redes sociales un video en el que muestran
su credencial universitaria, dan su número de matrícula y declaran su participación
voluntaria en las protestas[4].
A partir de este momento surge el movimiento #Yo soy 132, el cual aglutina a estudiantes de universidades
públicas y particulares de distintas ciudades del país y se empata con las
manifestaciones Anti-Peña Nieto, realizando alternativamente movilizaciones en alrededor
de una veintena de ciudades. En esta ocasión una maniobra autoritaria común en el
PRI y en la política informativa de Televisa provoca una ola de movilizaciones
sociales cuyas características hacen que se empiece a hablar de la primavera mexicana.
Si alguien introdujo en la política
mexicana la figura del acarreado fue
justamente el PRI, y ahora resulta que el candidato presidencial, los
dirigentes y aliados de ese partido deslizan la acusación de que los jóvenes estudiantes
que los cuestionan son acarreados al servicio de otro partido u otro candidato.
La reacción de los jóvenes tiene el valor de un acto y, tal como lo señala el
psicoanálisis a propósito de este término, instaura un punto de no retorno. Este
acto apunta a restablecer el valor de la palabra, que tiene función de contrato
con el Otro. La importancia constitutiva de este contrato en la subjetividad
humana está presente en el momento en que el psicoanalista francés Jacques
Lacan emplaza el inconsciente en el campo de la política:
"…habrá quizá un momento en
que, cuando se haya vuelto a una sana percepción de lo que Freud nos ha descubierto,
se dirá –no digo ni siquiera que 'la política es el inconsciente'-, sino más
simplemente: el inconsciente es la política"[5].
Si el inconsciente es la política es en
la medida en que la palabra conserva su valor de contrato, de pacto, incluso de
juramento. Solo en estas condiciones es posible una relación con los otros que
aporte un sostén subjetivo para cada uno y que haga viable una forma de lazo
social constitutivo de una comunidad. Estas son las cosas que se pierden cuando
la política se convierte en la práctica de la simulación, de la impunidad y la
mentira, en la gestión de los intereses de unos cuantos a costa de la
destrucción de todas las estructuras colectivas, cuando el Estado ya solo es el
garante hueco de relaciones de desigualdad y exclusión, pero deja de ser el
espacio que haría posible la convivencia entre los diversos. De ahí que la
reivindicación del valor de la palabra en el espacio público es algo en lo que
ha insistido el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, en voz de Javier
Sicilia, y antes que él lo hicieron los zapatistas.
Las recientes movilizaciones de
jóvenes estudiantes, a las que se han ido sumando otros sectores sociales, son
también la respuesta a la imposición mediática de una candidatura, a la que
ellos han opuesto el espacio virtual abierto de las redes sociales. La
imposición televisiva de la candidatura presidencial de Peña Nieto, junto con la
anticipación de su triunfo inevitable por parte de Televisa -con todo el poder
que le da ser la parte principal del duopolio de la televisión mexicana-, han
desembocado en el hecho inédito de provocar manifestaciones sociales de
protesta en contra de un candidato que todavía no toma el poder y de una
empresa privada que detenta una concesión del Estado. Esta situación ha dejado
en claro también que el PRI y Televisa son parte del mismo régimen político, el
Estado Delincuencial del que habla
Javier Sicilia -es decir, los restos que quedaron del régimen de partido de
Estado cuando éste abandonó un pacto constitucional que reconocía los derechos
colectivos de las mayorías, a los cuales daba una protección aunque fuera
limitada, y solo quedaron de él sus peores rasgos: el autoritarismo, la
corrupción, la impunidad, la simulación, todo ello organizado por una política
económica neoliberal y por una cultura individualista que tiene en la promoción
del ego su mayor recurso.
El ambiente festivo de las
movilizaciones de estos días muestra que algo del orden del deseo las anima, un
deseo compartido que va acompañado de la alegría de constatar que el poder no
lo puede todo, que es posible ponerle límites. En esta atmósfera algunas de las
consignas coreadas y de las leyendas escritas en las pancartas se acercan al
chiste, concretamente a la larga tradición que el chiste y el cartón político
tienen en México, dando una muestra de eso que Lacan llamó lalengua, en este caso el ingenio de lalengua mexicana, que aquí
confirma que el inconsciente es la política. Es oportuno tener en cuenta que el
chiste ha sido tradicionalmente un recurso en contra del poder político, una
forma de reivindicación de los sectores sociales subordinados frente a los
poderosos, una vía que les permite conservar una parte de poder sobre la cual
el régimen político no tiene dominio y que además proporciona ese goce propio
de lo cómico, un plus de goce que le es arrancado al lenguaje. He aquí algunas
de las consignas y leyendas:
·
¡No vine por mi torta, vine por mis
huevos!
·
Queremos que el PRI regrese... ¡que
regrese lo que se robó!
·
Ya nos quitaron los sueños. ¡Entonces
despertemos!
·
México no necesita un actor de
telenovelas. México necesita un presidente.
·
Peña Nieto es dePRImente.
·
No a la PRIvatización de PEMEX.
·
¡Si la prole se organiza no nos gana
televisa!
·
No más basura, no más censura, ¡muerte a
la teledictadura!
·
¡Ni mi mamá me manipula tanto como
televisa!
·
¡Hay que estudiar, hay que estudiar, el
que no estudia en Televisa va a acabar!
·
¡Si hay imposición habrá revolución!
En
pocos días las movilizaciones han tenido logros importantes: han forzado a
Televisa y a Peña Nieto a cambiar su estrategia, la televisora ha debido cambiar
su política informativa, dando cobertura noticiosa a las manifestaciones en su contra
y en contra del candidato del PRI, mientras éste ha tenido que reconocer la
legitimidad de las protestas estudiantiles y se ha visto obligado a presentar
un decálogo de buenas intenciones en el que se compromete a cumplir lo que ya
está presente en la Constitución; han conseguido la transmisión en cadena
nacional del debate entre los candidatos presidenciales que tendrá lugar el
próximo 10 de junio; han puesto en la agenda nacional una cantidad de
cuestiones que conciernen a la estructura del régimen político, revitalizando
el debate público. Además el movimiento #Yo
soy 132 se ha ido consolidando, ha crecido numérica y cualitativamente, ampliando
su presencia en la capital y en distintas ciudades del interior del país, se ha
definido como un movimiento político mas no partidista, ha propuesto la
participación de sus miembros en calidad de observadores en las próximas
elecciones, ha hecho manifiesta su alianza con otros movimientos sociales de
oposición, con sindicatos, con organizaciones campesinas y populares, ha
demandado la democratización de los medios y de la vida política nacional.
Después de todo lo ocurrido en estos días, se acabó la impunidad absoluta para
el PRI, para Televisa y para las élites usufructuarias del actual régimen. En
definitiva, la efervescencia política que estamos viviendo es el despeñadero
del autoritarismo.
Publicado
en: Nuestra Aparente Rendición
[1] Psicoanalista, miembro de la
École Lacanienne de Psychanalyse/Escuela Lacaniana de Psicoanálisis.
[2]
Entrevista de Pedro Joaquín Codwell vs Rodrigo
Serrano en Aristegui yo soy 132 parte 1
[3]
Peña Nieto protegido por López Dóriga (Televisa)
[4]
Estudiantes
de la IBERO desmienten a PEÑA NIETO "NO SOMOS ACARREADOS": http://www.youtube.com/watch?v=-VzcIQiOdZY&feature=related
[5] Jacques Lacan. La lógica de la fantasía. Sesión del 10
de mayo de 1967 (la traducción es mía).
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