La Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (Ecole Lacanienne de
Psychanalyse) en conjunto con Ortega y Ortiz Ediciones, acaban de
publicar el libro El fracaso del Un-desliz es el amor. A la manera
del seminario oral de Jacques Lacan (1976-1977), texto que corresponde a uno de los últimos seminarios que el psicoanalista (que falleció en 1981) impartió, en Francia.
Con motivo de este acontecimiento editorial, se preparan dos
actividades. La primera de ellas es la presentación del libro, mañana
jueves por la noche (20 horas), en la Librería José Luis
Martínez del Fondo de Cultura Económica. Además, el sábado 8 de
noviembre (de 11 a 14 horas), se realizará un taller de lectura sobre
este seminario, en el anfiteatro de la Universidad Enrique
Díaz de León (avenida Díaz de León 90, entre Independencia e
Hidalgo); será impartido por Flavio Meléndez y, como único requisito, se
necesita contar con un ejemplar del libro.
De estos y otros detalles que conciernen a la singularidad y
pertenencia de la publicación nos habla el propio Meléndez, en
entrevista…
–¿Cómo se llega a la determinación de publicar un libro de estas características?
–Habría que partir de que el estado de la enseñanza de Lacan ha sido
un tanto problemática porque una gran parte de la misma quedó en
grabaciones de sus seminarios. El publicó en forma escrita
algunas cuestiones, la mayor parte está en dos libros (Escritos I y II,
publicados en español por Siglo XXI Editores), pero el grueso de su
enseñanza fue oral. Hasta hace muy
poco, la transmisión de estos conocimientos se daba por dos vías:
las ediciones oficialmente autorizadas (a cargo de su yerno y que, en
nuestra lengua, al traducirse del francés, aparecían en
Editorial Paidós); la segunda, era acceder a versiones que circulan
–desde hace años– en fotocopias, en francés o español (en traducciones
muy malas) y, de unos años a la fecha, en formato de CD.
Así, un grupo de analistas lacanianos, miembros de la Escuela
Lacaniana de Psicoanálisis (Ecole Lacanienne de Psychanalyse –ELP–, con
sede en París y presencia en más de una decena de países),
decidimos editar este seminario, muy importante porque corresponde a
la última etapa de la enseñanza de Lacan. Hablamos de un seminario
celebrado tres o cuatro años antes de su muerte, un momento
en el que da un viraje muy importante a su enseñanza y donde
replantea algunas cuestiones importantes de la misma. Por otra parte,
las reglas de la edición de su obra han cambiado un poco y hubo
la posibilidad de editarlo sin que hubiera problemas de orden legal…
–Utilizar el término “a la manera de” ¿se utiliza como manera de ‘salvar’ algo?
–No es tanto (ni solamente) una cuestión de orden legal. “A la
manera de” es un método de edición y establecimiento para este
seminario, que inicialmente fue editado por una revista de la ELP, en
París, el año de 2004. Quisimos plantearlo de ese modo en la idea de
que esta versión dé cuenta de todos los elementos escenográficos de los
seminarios de Lacan, lo que era su estilo de
transmisión en su enseñanza: los gestos, los rodeos del discurso,
las ambigüedades, las intervenciones del público, incluso los
acontecimientos inesperados. Además, se respeta –en la medida de lo
posible– el carácter de improvisación que el seminario tenía; porque
él hacía notas (con las que se auxiliaba) pero, evidentemente, no
llevaba todo preparado. Hay una gran cantidad de
ocurrencias…
–De ahí que se rescaten también los dibujos y diagramaciones que hacía…
–Ese es otro elemento que tiene esta edición en particular (que no
está en la edición francesa de la revista). Nos dimos a la tarea de
insertar, en el discurso de Lacan, cada una de las figuras
topológicas que iba planteando a lo largo del seminario; esto
implica un trabajo de establecimiento del seminario, ubicar las figuras
(que se hallaban en un álbum, en desorden, a lo más estaban
fechadas aunque sin establecer a qué momento pertenecían); además,
hacer todo un aparato de edición crítica, las referencias bibliográficas
–que no están explícitas– a lo largo del seminario,
localizar las que se ubican en ediciones en español…
–¿Y por qué encargar la traducción no a un profesional del área (un
analista) sino a alguien vinculado con la literatura, como se especifica
en el prólogo?
–Ahí también rompemos un poco la tradición en el medio analítico,
porque –de modo tradicional– se encargaba este trabajo a conocedores de
la obra de Lacan, que hablaran francés, lo que a veces
implica una mala calidad en las traducciones. Una cosa es leer una
lengua (incluso entenderla) y otra traducirla. Muchos textos del
psicoanálisis (algunos de ellos en francés), traducidos al
español, resultan poco legibles, o son poco ‘amables’ para el
lector…
–¿Por la terminología elevada?
–Bueno, se decía de Lacan que era el “Góngora francés”. Su sintaxis,
de hecho, no es del todo fácil. Pero eso se complica cuando quien
traduce no tiene el oficio. Nosotros optamos por que el
trabajo lo hiciera un traductor profesional, con quien fuimos
comentando algunas cuestiones, de modo que la versión fuera ‘amable’
para el lector. Creo que se trata de una traducción muy amena,
que respeta el estilo de Lacan. Porque una cosa que tratamos de
tener en cuenta con esta edición, fue dar cuenta de la dimensión de
‘performance’ que tenían los seminarios de Lacan. Quien tenga
acceso al libro percibirá eso…
–¿Qué otros elementos particularizan esta edición?
–Pues ya son varios elementos que, de por sí, la hacen al menos
distinta a otras que circulan en el mercado o vía Internet o en CD. Otro
detalle, eso sí, es que la edición se convierte en un
instrumento de lectura, una herramienta para aquellos a quienes
interese el psicoanálisis y, en particular, la enseñanza de Lacan que,
en muchos países, ha tenido una recepción importante en
campos como la filosofía, la literatura, la política, los estudios
de género, la lingüística…
–De hecho, hubo una relación muy estrecha entre Lacan y Barthes, por ejemplo…
–En realidad, Lacan tenía una relación muy cercana –por un lado– a
nivel de discusión teórica con los intelectuales de su país (o
extranjeros) de su época: Roland Barthes, Lévi Strauss,
Althusser, Francis Val, Michel Foucault, Greimas, incluso con
algunos tuvo una relación de amistad cercana. Con algunos sostiene
discusiones sobre aspectos como el saber, la verdad, el erotismo,
el poder…
–Y, desde su punto de vista, ¿qué hace necesario –hoy– revisar a Lacan?
–Me parece, por un lado, que el psicoanálisis contemporáneo no puede
ser situado en sus implicaciones para un mundo como el que vivimos (la
época de la posmodernidad, por decirlo de algún modo),
sin tener en cuenta la enseñanza de Lacan; se esté o no de acuerdo
con él. Puede verse que hay países, caso extraño, como los de lengua
inglesa, donde –en el terreno del psicoanálisis– Lacan no
es prácticamente tomado en cuenta, acaso sólo para criticarlo; pero
en el ámbito de los estudios de género o la filosofía política, es un
autor muy importante. Creo que, además de los analistas,
quienes se interesen por estos campos, encontrarán una enseñanza
importante. Lacan, para mí, resulta uno de los pensadores más
importantes del siglo XX y del XXI (aunque no lo haya vivido), se
esté o no de acuerdo con él. Se puede disentir, pero no se le puede
no leer, no de debe dejar de tomar en cuenta. Lacan anticipó un gran
número de cuestiones sobre las transformaciones subjetivas
que hoy vivimos y son resultado de la posmodernidad, ese lazo social
inédito que algunos autores han llamado así…
–¿A cargo de quiénes estuvo la edición?
–Es un colectivo conformado por varios analistas, de Argentina y
México (algunos de la escuela lacaniana y otros no), llamado Travesuras eróticas. Pasaje de lenguas. La responsabilidad
de la edición estuvo a cargo de cuatro analistas: Alberto Sladogna, Claudia Weiner, Mario Betteo y yo…
Esta edición de El fracaso del Un-desliz es el amor. A la manera del seminario oral de Jacques Lacan (1976-1977), se presentará mañana por la noche e inaugura la colección ‘Cuaderno de
notas’, para la revista especializada Artefactos.
Entrevista publicada en la Jornada Jalisco el miércoles 05 de Noviembre de 2008
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